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La maldición de ’Dumbo’
’Petita’, una elefanta asiática de un parque de Benidorm, sufre el rechazo de sus congéneres «porque no responde al canon de belleza»
Yolanda jb / Miércoles 3 de enero de 2007
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Recuerda a la famosa película de dibujos animados, pero es real. ’Petita’, una elefanta asiática del parque Terra Natura, en Benidorm, sufre a diario el rechazo de sus semejantes, especialmente el de los machos y a veces el de las hembras, «por no responder a los cánones de belleza» de estos animales. Con sólo 2.900 kilos de peso -la media entre sus compañeras es de 4.000 kilos-, los huesos de la mandíbula y la órbita craneal muy marcados y sus patas excesivamente largas, ’Petita’, de 34 años, pasa mucho tiempo sola e, incluso, debe correr para evitar las agresiones de algunos machos.

Éstos la repudian y optan por hembras más sanas para relacionarse y procrear, como ’Tania’, ’Yasmin’ y ’Motki’, las más ’guapas’ por su constitución fuerte, atlética y con carácter, según el biólogo conservador de Terra Natura, Daniel Sánchez. Éste prefiere no llamar fea a ’Petita’, aunque reconoce que es marginada por sus congéneres, que la consideran «un ejemplar débil», si bien al ojo humano nada la distingue de las otras doce hembras que integran la manada de Terra Natura, la más grande de esta especie en Europa.

A ’Baba’, un elefante de 5.800 kilos, no le gusta su presencia, la repele y cuando él sale a la pradera -narró Sánchez-, «ella corre hacia las partes más elevadas del recinto, pues sabe que al macho le cuesta llegar por su gran corpulencia». Pero ’Petita’ no está sola. Su única amiga se llama ’Kaisoso’, una elefanta procedente de Birmania que, por esas cuestiones del destino y 25 años después, coincidió en Terra Natura con dos amigas de su infancia, ’La Grande’ y ’Momo’. Cuando estas tres hembras se vieron de nuevo mostraron «signos evidentes de un efusivo y cálido reencuentro», relata el biólogo. «Está comprobado que los elefantes mantienen comportamientos sociales complejos y que poseen una gran memoria».

Idéntica situación se produjo con ’Baby’ y ’Cita’. Compartieron su infancia y juventud en un circo europeo y después de 15 años volvieron a verse. Fue un momento «de especial emoción», recuerda Sánchez. «El reconocimiento fue inmediato, tanto olfativo y visual como sonoro, y desde entonces son inseparables, incluso de noche».

Estas «amistades» son miradas con envidia por ’Petita’, quien observa cómo ’Momo’ y ’La Grande’ rinden pleitesía al macho ’Baba’, a quien acarician, huelen y barritan. Y aunque ’Kaisoso’, la amiga de ’Petita’, también bebe los vientos por ’Baba’, siempre tiene tiempo para acudir junto a la pobre elefanta solitaria para demostrarle su cariño.

ALBERTO SANTACRUZ/BENIDORM

Fuente:http://www.elcorreodigital.com

Visto en: Bloge@ndo - Donde además encontraréis una interesante propuesta didáctia para trabajar este artículo



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