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Libro - IGUALDAD BAJO SOSPECHA
El poder transformador de la educación
Yolanda jb / Viernes 1ro de diciembre de 2006
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Autora: YOLANDA HERRANZ GÓMEZ

PRÓLOGO

Mi tarea docente como profesora de Ética en Secundaria y Filosofía en Bachillerato me lleva a tratar con adolescentes temas como los Derechos Humanos, las desigualdades sociales, la libertad, la justicia, la construcción social de la personalidad y otros que aparecen en el presente ensayo. Estas problemáticas resultan sugerentes y atractivas para un alumnado que está en una edad en la que descubre y construye su identidad y en la que está tomando conciencia de sí como sujeto libre y responsable.

A veces, la reflexión sobre estos temas no consiste más que en romper esquemas que el alumnado trae consigo, impuestos por el medio social y convertidos en "lo natural" o "lo normal". Otras veces, estas reflexiones no son más que la clarificación y sistematización de conceptos que el alumnado ya siente y aprecia de forma inconexa y caótica. Se trata de ayudarle a examinar, analizar y a repensar. Esto supone una complicación de lo sencillo, "un comerse el coco" dirían ellos; un análisis o profundización siempre lleva a convertir lo simple en complejo, a desmenuzarlo. En cualquier caso, me es grato decir que para el alumnado de estas edades, el estudio y análisis de estas cuestiones resulta un descubrimiento importante y que en algunos casos transforma su mani trabajo personal en el aula, sino a la Educación en general.

La espontaneidad, descaro y frescura que caracteriza a la adolescencia permite planteamientos que no se oyen en otros foros pero que son un reflejo de aprendizajes totalmente asumidos por la sociedad en su conjunto. Estos planteamientos espontáneos, así como los debates que suscitan, enriquecen al grupo tanto como las grandes reflexiones filosóficas que les son transmitidas. Son, además, un punto de referencia para los docentes y una fuente de información sobre los prejuicios y estereotipos en los que se mueven las nuevas generaciones, realidad ideológica que hay que conocer para deconstruir.

Hace unos años, en el IES de Fuenlabrada en el que trabajo, cuando tratábamos en clase la problemática de la desigualdad hombre-mujer en el marco de otras desigualdades sociales, un chico de 16 años me hizo la siguiente pregunta: Profe, ¿no serás tú una feminista de esas, verdad?. La pregunta, tal como fue formulada, parece esperar una respuesta negativa, una negativa que fuera tranquilizadora para el chaval. Algo así como: "No, no, no. No te preocupes". ¿Por qué?, ¿por qué le intranquilizaría una respuesta afirmativa?, ¿qué entiende por "feminista" este chico?, ¿qué entiende la sociedad por "feminismo"? Ese "de esas" con el que califica a las feministas muestra una connotación despectiva, pero la pregunta que sugiere inmediatamente es ¿de cuáles? Y con este interrogante le respondí: “¿de cuáles? El chico, de forma totalmente rápida y espontánea, me contestó: "de esas que salen en la tele y que mi padre tanto odia". Esta respuesta da mucho que pensar. La referencia que tiene este chico de un concepto como feminismo o feminista es, por un lado, la tele, y por otro, su padre, que como él afirma le transmite una visión totalmente negativa.

Y la televisión, ¿qué visión transmite la tele-basura actual de un movimiento como el feminismo? Quizás se refiera a esos debates en los que se sienta a hombres frente a mujeres, invitados no se sabe en calidad de qué, chillándose e insultándose. En cualquier caso, la imagen que tiene de feminismo y de feminista es la que le transmite la televisión, mediatizada por una valoración negativa de un varón, pero no de un varón cualquiera, sino nada más y nada menos que del padre, aquel que le sirve de modelo masculino. ¿Es esto expresión de la imagen que reciben y a la que se enfrentan las nuevas generaciones?

Esta es una pregunta que me he hecho desde entonces. Parece incongruente que se imponga en las nuevas generaciones el discurso antifeminista en un momento en el que mueren mujeres a diario víctimas de la violencia de género. A menudo hay conceptos que adquieren “mala prensa” en una determinada sociedad porque algunas fuerzas sociales se han encargado de desprestigiarlos. Estos suelen ser conceptos o temas de los que todo el mundo opina desde su ignorancia, pero que la mayoría no entra a analizar y a conocer. Uno de estos temas es hoy el feminismo, término que ya no se puede nombrar sin infundir sospechas. En un mundo donde ya no se lleva la reivindicación del cambio social, donde denunciar la más evidente injusticia sorprende y donde los términos moral y ética suenan a adoctrinamiento del pasado, percibo que las nuevas generaciones se mueven en un machismo solapado instalado en el espejismo de la igualdad y adornado de ficticias libertades. Para profundizar en estas cuestiones he propuesto en mi centro la asignatura optativa Papeles Sociales de Hombres y Mujeres para la ESO como un espacio en el que trabajar con adolescentes problemáticas relacionadas con las nuevas relaciones de género, de forma vivencial y desde la reflexión ética. Muchos de sus planteamientos y observaciones en clase, reflejo de sus experiencias y expectativas, sus preocupaciones e interrogantes, me sugieren nuevos análisis y han permitido que comprenda más la realidad cambiante en la que estamos inmersos. Ellos y ellas me han hecho entender la necesidad de que la educación ponga su mirada de forma prioritaria en los cambios sociales y las nuevas relaciones de género.

El propósito de este ensayo es analizar la realidad en la que todos y todas vivimos y clarificar conceptos a todos aquellos jóvenes que hagan a cualquier persona la misma pregunta que me hizo mi alumno en los mismos términos. Especialmente lo dirijo a aquellas personas relacionadas con la tarea educativa porque creo de verdad en el poder transformador de la educación y porque reflexionar sobre estas cuestiones me parece un primer paso para conseguir una sociedad más igualitaria en la que puedan desarrollarse personas más libres. En aquel momento respondí a mi alumno que cuando termináramos la evaluación dedicada a los Derechos Humanos, él mismo se respondería a esa pregunta y quizás, y así lo esperaba, se cuestionara otra: ¿no seré yo también un feminista? Espero que así fuera, como espero que tú, lector de este libro, mujer u hombre, te lo preguntes.

YOLANDA HERRANZ GÓMEZ.

Igualdad bajo sospecha. El poder transformador de la educación.

Madrid: Ed. Narcea, 2006



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